Tren de Darjeeling, un poco de Historia

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Darjeeling os sonará tanto por la película de Adrien Brody, Viaje a Darjeeling, como por su té, el más famoso de la India. En aquella película, los tres protagonistas recorrían el país a bordo de un tren muy particular y tradicional, el Toy Tren, el tren de juguete de Darjeeling, uno de los trenes más queridos y antiguos del país.

Fue en el año 1828 cuando a esa ciudad llegó un capitán británico buscando un sitio de descanso, con un aire puro y limpio, con unos paisajes increíbles, campos floridos… Aquel capitán vio en Darjeeling un reflejo de su lejana Inglaterra. Era, y es, una ciudad que se encuentra al pie del Himalaya, con unas vistas impresionantes a la Cordillera, y rodeada de campos de té y de rododendros.

Aquella era la ciudad para servir de base a esas otras situadas mucho más arriba, en las alturas de la cordillera: Musoorie, Almora o Nainital. Allí se desplazaban las colonias británicas que vivían en la India, en la época de los grandes calores, en busca de frescor y aire claro.

Ellos llegaban en tren a Darjeeling desde las diferentes ciudades, pero subir hasta los pequeños pueblos montañosos supponía un considerable esfuerzo. Era una época en que se viajaba con los baúles, con los criados, los niños, y se llevaba, si hacía falta, hasta la porcelana o la cubertería de plata. No había ferrocarriles que subieran las montañas y había que hacerlo por carreteras en carros tirados por caballo.

Esas incomodidades y trabas fueron las que dieron la idea para construir las vías férreas del famoso Tren de Darjeeling. Sin embargo, se enfrentaban a un gran problema: las tremendas pendientes de las montañas.

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Cuenta la leyenda (o la historia, según se crea o no), que Prestage, el ingeniero, no sabía como afrontar el problema de las tremendas pendientes. Cierto día, y en un baile, su esposa lo sacó a una pista de baile abarrotada, y le susurró al oido «si no puedes avanzar, recula». Fue como una luz que se iluminara en su cerebro. Efectivamente, la solución a su problema eran los zigzags, pero fueron tantos, y tan pronunciados los que hubieron de hacer en la línea férrera, que hoy día, el Toy Tren es famoso por los bucles de su recorrido, por las curvas pronunciadas, por las revueltas y los zigzags.

El 3 de julio de 1880, la línea quedó inaugurada: 85 kms. de longitud, y un ascenso que partía de los 120 metros en Silguri, hasta llegar a los 2.258 m de su punto más alto en Ghum. El final del trayecto se encuentra en Darjeeling a 2075 m.

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