La Rioja, turismo enológico para visitar en tren
Grandes bodegas que se asoman sobre el horizonte, hermosos viñedos que crecen firmes en un rico suelo al amparo de las montañas y una nutrida oferta de restaurantes que presentan una selecta carta de vinos para maridar con platos autóctonos son el sello indiscutido de la comunidad de La Rioja, región dedicada a la producción vitivinícola.
Los recorridos en busca de las huellas del Rioja, la denominación de origen producida en la zona, atraen la mirada del enoturista experto, dispuesto a dejarse llevar por los aromas de la vid. La Rioja encierra una cultura propia que nace de la mano del vino y crece junto a sus habitantes, con sus costumbres y sus saberes, transmitidos de generación en generación con complicidad. Tierra noble si las hay, esta comunidad situada al norte de la Península Ibérica invita a descubrir su legado a través de un conjunto de itinerarios marcados por el ritmo de las uvas, que crecen sensibles al amparo del favorable clima local. Aunque tampoco faltan los circuitos históricos, los monumentos emblema, los museos que se ocupan de narrar la historia del vino o los lugares destinados al turismo rural.
El tren es un gran aliado a la hora de visitar el mapa riojano. Todos los días un tren Alvia sale puntualmente desde la estación Atocha de Madrid para llegar a Logroño dos horas y veinte más tarde (está la opción de salir a las 18.35 horas para llegar a la capital riojana a las 20.58 horas pudiendo regresar muy temprano a las 7.52 am para tocar suelo madrileño a las 11.06). El viaje valdrá la recompensa pues más de 500 bodegas os esperan para catar las especialidades de la casa.
Conscientes de la importancia del vino en la vida local, las autoridades de esta comunidad han recurrido a las bondades del formato audiovisual para promocionar las gracias de La Rioja como destino enológico. De la mano del eximio director de cine Fernando Colomo, “La Tierra con nombre de vid” es un intenso cortometraje de media hora que promueve los encantos de la región a través de un emotivo relato protagonizado por el propio Colombo junto al actor Diego Martín.
Explorando en los rincones más atractivos de La Rioja, la historia transcurre entre viñedos, bodegas y rutas turísticas sin olvidar los monumentos más emblemáticos de la comunidad – la Catedral de Santo Domingo de la Calzada, el Monasterio de Santa María la Real de Nájara– y el folklore de la región, personificado a través de algunas figuras locales como el párroco de la catedral o el cocinero Lorenzo Cañas.
De alguna manera la cultura vitivinícola de La Rioja se apropia del relato y también de la vida de los habitantes de la región quienes encuentran en el vino no sólo una fuente de trabajo sino una forma de vida.
Podéis ver la campaña en este enlace.
Para conocer más de La Rioja podéis visitar su página web oficial.

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Las 500 bodegas no están en Logroño y las comunicaciones ferroviarias dentro de la Rioja son tan lamentables que imposibilitan esas visitas con el tren.
Hola, Francisco:
Es que si te fijas bien, en el artículo no digo que las 500 bodegas estén en Logroño, ni que haya que visitarlas en tren. De hecho, ya sé que precisamente Logroño es la que menos tiene, y que Haro o Laguardia acaparan bastantes de ellas. Lo único que menciono es la facilidad que tenemos con el tren para acercarnos a tierras riojanas con el tren, pues hay un tren diario de Madrid a Logroño.
Una vez en Logroño, se trata de hacer una ruta «bodeguera», con el medio que sea.
Saludos
Saludos de nuevo.
El problema al que me refiero es que quizás no haya que pensar únicamente en viajeros procedentes de Madrid.
Buenas de nuevo, Francisco:
Ya, lo que pasa es que sitúo a Madrid como referencia, pues muchos trayectos enlazan con Atocha. Por ejemplo, para ir desde Andalucía a Logroño, también hay que pasar por Madrid.
Y claro, no puedo ponerlos todos en un sólo artículo.
Saludos