El tren Alvia Madrid Santander, viaje a Cantabria
Ésta del tren Alvia Madrid-Santander es otra de las líneas que he tenido la ocasión de probar en uno de mis viajes, precisamente el que hice para conocer un poco de Cantabria.
Este tren, el Alvia modelo 130 es otro de los trenes que Renfe utiliza dentro de su línea de alta velocidad española, al igual que los Alaris o los Altaria. La comodidad es muy similar o casi idéntica a la de los AVE, con hasta 236 plazas en clase turista, dispuestos en dos filas de a 2, y con 82 plazas en clase preferente, dispuesto en dos filas de 2 y 1 butaca, respectivamente. Los servicios incluidos son también los mismos, con una comida, periódico, copa, sala Vip, etc. incluido en la tarifa de preferente.
Aún así, os recuerdo que la alta velocidad aún no ha llegado hasta Santander, y de momento, en Valladolid, el vehículo se adapta en sus cercanías, al ancho de vía tradicional, por lo que el viaje en tren entre una ciudad y otro aún se hace excesivamente largo, pues son 5 horas y 7 minutos lo que tarda en unir ambas ciudades.
El tren parte de la estación de Atocha a las 17,35 h. diariamente, para llegar a la de Santander a las 22,42 h. El trayecto cuesta en clase turista 45,60 € mientras que en preferente el precio asciende a 70,70 €. Todo ésto fuera de cualquier oferta puntual o uso de tarjetas, claro. En la vuelta, la salida de Santander es muy tempranito, a las 7,05 h. para llegar a Madrid-Atocha a las 12,16 h.
Particularmente me gustó más el trayecto de regreso que el de ida, quizás por las horas (me encanta eso de viajar en tren amaneciendo) y en segundo lugar porque la parte más vistosa del recorrido es entrando en la región cántabra. Una vez pasas Aguilar de Campoo y te adentras en las estribaciones de la Cordillera Cantábrica comienzas a vislumbrar las maravillas que te esperan en Cantabria: la Naturaleza salvaje, los bosques, los ríos, el frescor, el verde, y pueblos encantadores como Reinosa, cuya estación también atravesamos.
Sin duda, esa parte del trayecto es para vivirla pegado a la ventanilla del tren. La pena es que es se hace corta y no es demasiado tiempo, pero como digo, verla además cuándo está amaneciendo, multiplica las sensaciones.
La parte castellana se hace más larga; las llanuras no nos ofrecen grandes paisajes, y éstos suelen ser monótonos. Desde Madrid, haremos paradas en Segovia, en Valladolid y en Palencia, antes de entrar en Aguilar de Campoo al que ya he hecho referencia.

Categorias: Viajes en tren
Es mi intención hacer ese viaje el próximo mes de julio, reúne todo para ser agradable, rápido en la meseta y un poco más lento al entrar en Santander. De esa manera sentíré el placer de la alta velocidad y podré deleitarme con los paisajes del norte de España