La antigua estación de ferrocarriles de Almería: en vía muerta

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La antigua estación de ferrocarriles se levantó al este de la ciudad de Almería, en el año 1893, y fundada en 1899, con la finalidad de transportar minerales desde la Sierra Morena hasta el puerto almeriense, para lo que en el año 1892 se inicíaron los trabajos de construcción de la línea férrea Linares-Baeza-Almería que concluyeron en el año 1904.

Se trata de una muestra perfecta de la arquitectura del hierro y del cristal, obra prestigiosa de la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España, realizada en compensación y agradecimiento al Ayuntamiento de la ciudad por la concesión de acceso permanente de los trenes al puerto almeriense . El proyecto de la estación se le atribuye al arquitecto de origén francés, L. Fargue, discípulo de Alexander Gustave Eiffel.

El edificio, levantado sobre una especie de plataforma, es de planta rectangular y fachada en todos sus frentes, de las que son destacables las de los lados mayores, que dan a la Plaza de la Estación y a los andenes. Su fachada principal consta de tres cuerpos, siendo el central más elevado que el resto del conjunto y construído en hierro y cristal, estando delimitado por dos grandes pilares reforzados con parejas de pilastras de hierro que sustentan un gran arco de medio punto sobre el que se instala una cubierta a dos aguas. Tres arcos de entrada bajo una marquesina y sobre ésta una enorme y vistosa ventana de hierro y cristal con un gran reloj característico de las estaciones de trenes, configuran el cuerpo central y su parte más relevante y atractiva.

A ambos lados se extienden en horizontal dos cuerpos construídos en obra, de dos plantas con balaustrada arriba y pabellones en los extremos, de estilo clasicista del siglo XVII un tanto barroquizado, cuyos basamentos, ángulos y entablamentos son de cantería, y los entrepaños, barandillas del terrado y vanos superiores, así como los arcos, de medio punto en la parte inferior y segmentado en la superior, son de ladrillo visto. En su interior alberga una gran sala de espera con sus despachos de billetes y presidida por un mural cerámico, realizado por Francisco Cañadas, en el que se refleja el pasado, presente y futuro del ferrocarril en Almería; y en los cuerpos laterales las diferentes dependencias de la estación.

La nota de color y naturismo que le aporta la cerámica policromada que aparece en distintos puntos y el ocre pintado de sus paredes rebordeadas le dan un carácter modernista y afrancesado, que queda igualmente patente en el cuerpo central con el uso decidido del hierro y su ornamentación.

Esta monumental estación, declarada Bién de Interés Cultural en el año 1989, y en desuso desde 2005 por la construcción de la nueva estación intermodal a pocos metros de ésta, es un ejemplo de gran belleza y armonía arquitectónica modernista, que auna diferentes estilos, historicista por la decoración de partes de su cuerpo central; ecléctico historicista más o menos barroquizante en los cuerpos laterales y mudejarista por sus ladrillos vistos y barandillas y llena de bellos elementos decorativos; por lo que debe de ser uno de los motivos de visita a la ciudad de Almería, especialmente para los nostálgicos y enamorados del ferrocarril y de su entorno.

Fotos vía: Fernán Alcoba

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Categorias: Estaciones de tren



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