Primera etapa: de Málaga a Barcelona en el AVE

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Las 8 y 20 de la mañana. Más de 5 horas y media por delante antes de que volvamos a poner el pie en una estación, en este caso, la de Barcelona Sants, allá en la Ciudad Condal. Sea como sea, viajamos con la ilusión de encontrarnos cada vez más cerca de nuestro gran objetivo, Mont Saint Michel, en la Baja Normandía francesa. Por medio nos espera Carcassonne, donde dormiremos, y La Rochelle, en la costa atlántica.

Es bonito ver despertar el día. Caminar y escuchar tus pasos en una estación aún relativamente vacía de público, sentir las primeras luces y oir las primeras correderas de tiendas abrirse en el centro comercial donde se halla emplazada la estación María Zambrano de Málaga.

Aún hubo un tren anterior, pero éste de las 8 y 20 se acoplaba perfectamente con el siguiente que habremos de tomar en Barcelona, rumbo a Narbonne. Tiempo suficiente, además, para tomar un buen desayuno en la misma estación antes de partir. Ya habrá tiempo a lo largo del viaje de acercarnos hasta el vagón cafetería del AVE y tomar allí un café mientras miras pasar los arboles manchegos tras la ventanilla.

Nerviosos aún, sobre todo el pequeño, buscamos nuestro vagón, donde, quizás por ser 4 y familia, nos adjudicaron el club 4 correspondiente a los asientos enfrentados que cuentan con una mesa entre medias, muy cómoda en este caso para un viaje largo, para apoyar vasos o el propio libro que pienso irme leyendo a lo largo de todos los trayectos que pasaré.

No creo que os haga falta hablaros de las comodidades del AVE, el mejor tren español. Cómodo y rápido (en un momento determinado lo hemos llegado a ver a casi 280 km./h.), en un trayecto que no se hace tan largo teniendo en cuenta que además ofrecen una película.

Tres son los trenes que salen diariamente desde la capital de la Costa del Sol hasta la Ciudad Condal: los dos mencionados; es decir, el más tempranero de las 07,55, que no es AVE sino Alaris y cuyo recorrido es distinto pues lo hace por todo el levante español. Evidentemente, este tren es de más duración, ni más ni menos que 12 horas y 14 minutos. El primer AVE del día es el nuestro, el de las 08,20 h. cuya duración, queda dicho, es de 5 horas y 40 minutos en un trayecto que hace bordeando Madrid, en la que no se detiene, y a través de tierras aragonesas. Por último, está el tren de tarde, el que sale a las 16,50 h. y llega a Barcelona a las 22,26 h., con el mismo recorrido.

Los precios podéis consultarlos en esta misma web, en el menú superior, billetes de tren.

Particularmente no es un paisaje el manchego que me resulte especialmente llamativo aunque sí me resultó ideal para relajarme y perder la mirada tras la ventanilla imbuido en mis propios pensamientos, o hacer una de mis dos pasiones, leer y escribir, aunque ésto último al final siempre se hace más complicado cuando se viaja en un grupo de cuatro, en el que al final buena parte del viaje lo haces charlando y riendo.

Tras dejar atrás la oscura estación de Córdoba, los paisajes de La Mancha se abren inmensos ante nuestros ojos. Largas rectas que brillan bajo las rayos de sol en una amalgama de dorados y ocres que a veces se ven salpicados por algún que otro árbol. Son parajes que me resultan áridos y aun cuando durante un buen rato atraen la atención, al final acaban por cansar un poco permitiendo así concentrarte en tus propias aficiones.

Puertollano, Ciudad Real… Madrid queda a un lado, y nuestro AVE enfila finalmente las populares tierras de Aragón, camino de la histórica Zaragoza. Son pocas paradas, lo que se agradece, aunque a veces añore esas miradas indiscretas por la ventanilla a los pasajeros que suben y bajan de las estaciones. Al fin la gran estación de Zaragoza y tras unos breves minutos, la nueva salida que nos llevará a Cataluña.

Sus tierras se vuelven más verdes, pero también mas abruptas, quizás en homenaje a los Pirineos que, pronto, más tarde, acabaremos viendo en nuestro siguiente tren. Tierras calizas, algunos viñedos, y la extensa margen del Ebro que se adivina a lo lejos nos conducen a nuestra primera parada en estos lares catalanes, Lleida.

La desorientación me ha hecho imaginarme más cerca de Francia de lo que me suponía, porque lo cierto es que el tren baja nuevamente hasta Tarragona, la románica, para enfilar al fin a Barcelona, cuyos altos edificios homenajean la entrada del tren en Sants.

Os dejó con las estaciones y horas que hemos pasado en el camino:

  • 08,20 Málaga
  • 08,55 Antequera
  • 09,10 Puente Genil
  • 09,39 Córdoba
  • 10,20 Puertollano
  • 10,35 Ciudad Real
  • 12,20 Zaragoza
  • 13,05 Lleida-Pirineos
  • 13,30 Tarragona
  • 14,00 Barcelona Sants

Es momento de comer algo rápido pues en poco mas de dos horas y media, a las 16,42 tomaremos el tren con destino a Carcassonne…

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Categorias: Viajes en tren



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